“Moisés extendió su vara sobre las aguas del Nilo, y las aguas se convirtieron en sangre. Y los peces que había en el Nilo murieron, y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto”, se lee en el versículo 21 del capítulo 7 del libro del Éxodo.