El debut de Boca Juniors en el Mundial de Clubes 2025 terminó envuelto en polémica tras un empate 2-2 frente al Benfica, en un partido marcado por el arbitraje del mexicano César Arturo Ramos. El encuentro, disputado en el Hard Rock Stadium de Miami, fue clave para las aspiraciones de ambos equipos en el Grupo C, donde también compite el Bayern Múnich, que viene de golear 10-0 al Auckland City.
Ramos, con experiencia en los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, sancionó un penal a favor del conjunto portugués que fue duramente cuestionado por el técnico xeneize, Miguel Ángel Russo. “Para mí no fue penal”, declaró el entrenador, quien además señaló que ya conocía al cuerpo arbitral por experiencias previas en Arabia Saudita.
El partido no solo estuvo cargado de tensión por el marcador, sino también por las decisiones disciplinarias: tres jugadores fueron expulsados, entre ellos Nicolás Figal, de Boca, en los minutos finales. En ese momento, una imagen captada por las cámaras mostró a Ramos mostrando la tarjeta roja junto a una estampa de la Virgen de Guadalupe, lo que desató una ola de memes y comentarios en redes sociales.
Aunque Russo evitó culpar directamente al árbitro por el resultado, reconoció que su equipo debe aprender a manejar mejor los momentos críticos, como el gol del empate recibido en los últimos minutos. Boca ahora se prepara para enfrentar al Bayern Múnich en un duelo que podría definir su futuro en el torneo.