Jerusalén / Gaza — julio de 2025
Una coalición de 111 organizaciones humanitarias internacionales, incluyendo nombres de peso como Médicos Sin Fronteras (MSF), Oxfam y Save the Children, ha lanzado una alerta urgente sobre la inminente y masiva hambruna que afecta a la población civil de la Franja de Gaza. En un comunicado conjunto, las ONGs advierten que la situación ya no es una crisis, sino una catástrofe de proporciones históricas, que está “matando lentamente” a quienes permanecen atrapados en el territorio palestino.
A pesar de que el gobierno de Israel comenzó en mayo a flexibilizar parcialmente el bloqueo que mantuvo durante más de dos meses, la escasez de alimentos, agua potable y suministros médicos sigue siendo crítica, y la ayuda humanitaria continúa siendo severamente restringida o atacada en su trayecto. Las organizaciones firmantes del comunicado denuncian que incluso sus propios colaboradores están muriendo por inanición, al mismo tiempo que intentan sostener centros de salud colapsados y puntos de asistencia sin recursos.
“Nuestros colegas y aquellos a quienes servimos están muriendo lentamente”, se lee en el comunicado. “Estamos frente a una hambruna que no se propaga sola, sino que es facilitada por decisiones políticas deliberadas que impiden el acceso humanitario”.
Con más de dos millones de personas atrapadas en Gaza tras 21 meses de intensos enfrentamientos, bombardeos, desplazamientos masivos y bloqueos a los cruces fronterizos, las condiciones de vida se han deteriorado a niveles sin precedentes. Según datos recientes de la ONU, cerca del 80% de los hogares en Gaza están sobreviviendo con menos de una comida al día, y cientos de miles de niños presentan signos de desnutrición aguda.
La falta de combustible ha paralizado hospitales, servicios de agua y plantas de tratamiento de aguas residuales, lo que agrava los brotes de enfermedades como diarrea, infecciones respiratorias y hepatitis A. “Estamos viendo bebés morir por deshidratación porque no hay suero, ni electricidad, ni siquiera agua limpia”, reportó un médico de MSF desde Rafah.
Además de la escasez, organizaciones y periodistas han documentado ataques recurrentes a convoyes de ayuda y puntos de distribución, donde multitudes desesperadas se congregan para recibir alimentos. En múltiples ocasiones, civiles han sido abatidos por fuego de fuerzas israelíes o en estampidas provocadas por el caos. Las ONGs firmantes sostienen que estos ataques han convertido la entrega de ayuda humanitaria en una misión casi suicida.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha confirmado que su personal ha enfrentado “situaciones de altísimo riesgo”, incluso con convoyes que fueron devueltos en los puestos de control o atacados en zonas donde previamente se había garantizado paso seguro.
Israel enfrenta una creciente presión internacional, no solo por el bloqueo sostenido, sino por las consecuencias de su ofensiva militar prolongada. Organismos multilaterales, líderes de varios países y organizaciones de derechos humanos han urgido al gobierno de Benjamín Netanyahu a permitir acceso irrestricto e inmediato a agencias humanitarias.
No obstante, el gabinete de seguridad israelí ha respondido con cautela. En una reciente conferencia de prensa, un portavoz del Ministerio de Defensa declaró que “Israel tiene derecho a protegerse del terrorismo” y que “el paso de ayuda humanitaria debe estar condicionado a criterios de seguridad para evitar que sea desviada por grupos armados”.
La respuesta ha sido ampliamente criticada por sectores humanitarios, que denuncian que la ayuda no solo está siendo ralentizada, sino utilizada como arma de guerra. “La inanición es una forma de castigo colectivo”, señaló el director regional de Oxfam.
El comunicado de las 111 ONGs concluye con un llamado urgente a la comunidad internacional, exigiendo:
“Si la comunidad internacional no actúa hoy —no mañana, no la próxima semana— entonces el mundo será cómplice de una tragedia perfectamente evitable”, concluye el documento.