REDACCIÓN - 22 Sep 2025

Alcalde de Uruapan pide auxilio: responsabiliza al Gobierno Federal por el dominio criminal en Michoacán

Con un tono de desesperación y frontalidad pocas veces visto en la política local, el alcalde independiente de Uruapan, Carlos Manzo, lanzó un mensaje que resuena como advertencia: el municipio está rebasado por la violencia y el crimen organizado, y la responsabilidad de enfrentar a los grupos armados recae en el Gobierno Federal.


En conferencia, Manzo fue categórico: “Las bandas criminales están fuertemente armadas, cometen secuestros, extorsiones y homicidios; deben ser enfrentadas con el Ejército y la Guardia Nacional. No podemos solos”. Con estas palabras responsabilizó directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la Fiscalía General de la República (FGR) de atender la crisis que golpea al corazón productivo de Michoacán.



Un municipio sitiado por el crimen



La denuncia del alcalde se da en un contexto donde Uruapan es señalado como un enclave estratégico para los cárteles debido a su ubicación geográfica y a su peso en la economía aguacatera. Durante años, las organizaciones criminales han utilizado la extorsión como mecanismo de control, afectando desde pequeños comerciantes hasta grandes productores agrícolas.


El edil recordó que desde hace más de 25 años las administraciones municipales han pactado con las mafias, generando una “captura institucional” que debilitó a la policía local, dejándola mal pagada, infiltrada y con moral quebrada. En sus palabras, su gobierno intenta reconstruir desde cero un cuerpo de seguridad con recursos mínimos y frente a un enemigo que cuenta con armas largas, dinero y control territorial.



El reclamo político



Carlos Manzo no se limitó a describir la tragedia. Elevó el tono al responsabilizar al gobierno federal de no asumir su papel frente a delitos de alto impacto: secuestros, homicidios, tráfico de drogas y armas. “La Federación no puede lavarse las manos cuando lo que enfrentamos son crímenes de su competencia”, reprochó.


En este sentido, pidió que la presidenta Sheinbaum y su gabinete de seguridad actúen con contundencia, porque —según afirmó— la falta de presencia efectiva del Ejército y la Guardia Nacional deja a Uruapan como “tierra de nadie”.



Un llamado a la unidad



El alcalde anunció que el 25 de septiembre sostendrá un encuentro con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, buscando reforzar la coordinación estatal y federal. Aseguró que no cederá frente a las presiones criminales y llamó a la ciudadanía a mantenerse unida: “No vamos a rendirnos ni a entregar el municipio a los delincuentes”.



La violencia como herencia estructural



El caso de Uruapan refleja una dinámica más amplia: municipios con limitados recursos de seguridad que enfrentan a grupos criminales con capacidad de fuego superior. En Michoacán, cárteles como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras se disputan territorios a sangre y fuego, con la población atrapada entre cobros de piso, reclutamientos forzados y violencia cotidiana.


En su llamado, Manzo evidenció lo que académicos y organizaciones civiles llevan años señalando: la estrategia federal de militarización sin inteligencia ni construcción de policías locales sólidas solo ha perpetuado la crisis.


Su intervención, más que un reclamo aislado, es un grito de auxilio que expone cómo la inseguridad en Michoacán no se resuelve con discursos, sino con decisiones de Estado que, hasta ahora, parecen postergadas.

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