“Las dictaduras empiezan por quitarle su hogar a los opositores. Pregúntenle a Daniel Ortega, que hace unos días se la quitó a la escritora Gioconda Belli. Estoy segura de que, si tiran mi casa, millones de mexicanos abrirán la suya”, indicó.
“Lo que tengo es el patrimonio de 30 años de trabajo, no hay más. No van a encontrar más. No hay casas en Houston y no hay depósitos en dólares y no hay nada de lo que yo me tenga que avergonzar”, dijo.