“Gracias por hace tan fácil lo imposible. Pensé que no estaba para dar un paso la tarde de ayer y terminé haciendo una maratón en la pasarela improvisada más larga de mi vida (…), a mi equipo, a todos, los que están y los que ya no. Los que me aguantaron el paso y los que se quedaron en el camino, mi gratitud eterna”.
“Tendré que desparecer para inventarme un motivo que sea más grande que este. Si no lo encuentro, prefiero no volver. La vida y la gente han sido inmensamente generosos con este guatemalteco de barrio, profesor de escuela pública que, por tocar la guitarra, agregarle unas palabras e intentar una melodía, logró un milagro que nunca sospechó (…), me llamo Ricardo, los que me quieren me dicen Seco, y más feliz y pleno que nunca, aunque con un achaque que pronto será historia, les digo adiós y gracias, con todo el corazón”.
“A los médicos que me pusieron de pie para poder terminar este viaje posponiendo una cirugía inminente, muchas gracias. Llevó conmigo seis infiltraciones de columna en los últimos dos meses para poder permanecer de pie en esta despedida”.
“Para usted que hizo el esfuerzo de las filas, de los presupuestos, de las molestias para asistir a uno de mis conciertos, mi agradecimiento sincero”.