Durante una entrevista reciente en un canal de YouTube, la periodista Shanik Berman compartió una anécdota que ha causado revuelo en redes sociales. Según su testimonio, cuando era una reportera novata fue enviada a cubrir una película protagonizada por Andrés García. Sin conocer al actor ni saber cómo lucía, se acercó a un hombre atractivo para preguntarle por él. La respuesta fue desconcertante: el hombre se bajó el pantalón, se expuso y le dijo una frase explícita, para luego revelar que él mismo era Andrés García.
Aunque Berman narró el hecho con tono anecdótico, la situación ha sido interpretada por muchos como un claro ejemplo de acoso sexual en un entorno laboral. El episodio ha reavivado la conversación sobre las dinámicas de poder en la industria del entretenimiento, especialmente en décadas pasadas, cuando este tipo de conductas eran minimizadas o incluso normalizadas.
En programas de espectáculos, algunas figuras han intentado restar importancia al relato, mientras que otras, como la periodista Liz López, han señalado que este tipo de experiencias no deben trivializarse. En redes sociales, la mayoría de los comentarios han sido de apoyo hacia Berman por atreverse a hablar del tema, aunque también hay quienes cuestionan el tono con el que fue contado.
Este testimonio se suma a una larga lista de casos que evidencian cómo el desequilibrio de poder ha sido históricamente aprovechado por figuras consolidadas del medio artístico. La historia de Shanik Berman no solo expone una experiencia personal, sino que también invita a reflexionar sobre los límites del comportamiento aceptable en el ámbito profesional.