En un imponente despliegue militar realizado en Pekín con motivo del “Día de la Victoria”, el presidente chino Xi Jinping envió un mensaje contundente al mundo: “China es una gran nación que no teme a la violencia”. El acto marcó la primera vez que el gigante asiático mostró de manera abierta su tríada nuclear, compuesta por armamento estratégico con capacidad terrestre, marítima y aérea.
El desfile, que se extendió por más de 70 minutos, reunió a los líderes de Rusia y Corea del Norte, Vladimir Putin y Kim Jong-un, quienes observaron junto a Xi la exhibición de misiles hipersónicos, submarinos nucleares, bombarderos estratégicos y drones autónomos de última generación. También participaron tropas de élite, tanques modernizados y contingentes aéreos que reforzaron la imagen de un poderío militar en plena expansión.
En su discurso, Xi vinculó el evento con la narrativa del “gran rejuvenecimiento de la nación china”, recordando que tras la invasión japonesa en la Segunda Guerra Mundial, China pasó de ser una nación humillada a convertirse en potencia económica y militar. “El pueblo chino permanece del lado correcto de la historia, comprometido con el desarrollo pacífico y con la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”, afirmó el mandatario.
Más allá de su tono conciliador, el mensaje de Xi fue leído como un acto de diplomacia bélica, donde la presencia de Putin y Kim subrayó la consolidación de un bloque estratégico frente a Occidente. La exhibición no solo buscó proyectar fuerza, sino también enviar una señal de cohesión en un momento de creciente tensión internacional.
Desde Washington, la reacción no tardó en llegar. El presidente estadounidense Donald Trump criticó en su plataforma Truth Social la imagen de Putin y Kim al lado de Xi, acusando a los tres mandatarios de “conspirar contra Estados Unidos” y recordando la “enorme contribución y sacrificio” de su país durante la guerra contra Japón. La declaración se suma a un ambiente de confrontación en el que China, Rusia y Corea del Norte parecen cada vez más alineados frente a las presiones de la Casa Blanca.
Analistas internacionales consideran que la revelación de la tríada nuclear china, junto con innovaciones como “lobos robóticos” armados y sistemas autónomos de defensa, marca un antes y un después en el equilibrio militar global. Se trata de un desafío directo al dominio estratégico estadounidense, que hasta ahora se mantenía como el único país con plena capacidad nuclear desplegada en los tres frentes.