Y otra nota sobresaliente de Alito: “Somos oposición y millones de mexicanos me han pedido enfrentar al gobierno destructor”.
Además, se habla de las Fuerzas Armadas en el huachicol fiscal.
No tiene desperdicio. De la primera sólo cabe expresar que realmente es un abuso y una ofensa hacia las comunidades empobrecidas que viven en las periferias, en barrios pobres y en las comunidades más alejadas del país. Según el INEGI, son más de 200 mil rancherías y poblados rurales con gente en situación de pobreza, aun cuando oficialmente se sostiene que esta ha disminuido. Quien se asome a estos segmentos sociales verá una realidad dramática de pobreza urbana y rural, incluso pobreza extrema.
En este segmento rural, desgraciadamente, la alimentación se sostiene en la producción de subsistencia: maíz, animales de corral… y bebidas azucaradas, porque su dieta las requiere. Que le pregunten a Coca-Cola o Pepsi cómo logran llegar hasta los rincones más apartados y cuánto reparten.
Es una desgracia. Bien saben que hay sectores que no requieren ese consumo, pero en los pobres urbanos —a quienes, según el discurso oficial, se busca proteger— se les condena a pagar más, sin que logren convencerlos del daño real que provoca el azúcar.
Así, hablar de “impuestos saludables” es sólo un señuelo, una gran mentira, que encubre un abuso perverso.
En el segundo caso, no hay discusión: Alito Moreno, presidente de nuestro partido, el PRI, es el líder adecuado para enfrentar la dictadura de un poder omnímodo. Lo apoyamos. Elevaremos nuestra voz y nuestros argumentos para señalar los abusos y la forma en que se destruye el sistema de leyes, la Constitución y las instituciones de la República, todo para esconder la corrupción y perseguir al pensamiento crítico.
El paquete fiscal es el capítulo en turno. Y en tercer lugar, aun con las distracciones y el escándalo aduanal del huachicol —con fuerzas armadas toleradas y en complicidad—, la economía está en entredicho: crecimiento prácticamente nulo y una deuda enorme que hipoteca las finanzas públicas. ¿Nada les dice el hecho de que el 50% del PIB esté comprometido?
Esto está sobre la mesa de discusión: un país en crisis política.
Sin duda, la lucha de Alito está plenamente justificada: defender a México y a sus distintos segmentos sociales, desde quienes viven en la pobreza extrema hasta quienes producen y pagan impuestos.
Con Morena, México es una desgracia.