Marlene Cabello - 24 Sep 2025

Sinaloa: atacan camioneta en la que viajaba la nieta de Rubén Rocha; gobernador asegura que fue un intento de robo

La violencia volvió a sacudir a la capital sinaloense luego de que una camioneta oficial, asignada a la presidenta del DIF estatal, Eneyda Rocha, fuera atacada a balazos mientras transportaba a su hija —nieta del gobernador Rubén Rocha Moya— en pleno bulevar Jesús Kumate. El hecho, ocurrido la tarde del lunes, dejó como saldo dos policías estatales lesionados, aunque la menor resultó ilesa.


De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública estatal, sujetos armados interceptaron una camioneta Jeep blanca que circulaba bajo custodia de agentes estatales. Los agresores dispararon contra el parabrisas y el vidrio trasero, hiriendo a dos elementos que resguardaban a la familia: uno recibió un impacto de bala y otro resultó lesionado por esquirlas. Ambos fueron trasladados a hospitales locales, donde se reportan fuera de peligro. La agresión también alcanzó a un autobús de pasajeros que circulaba en la zona y recibió impactos de bala. Afortunadamente, ninguno de los ocupantes resultó herido.


El propio gobernador Rocha Moya confirmó en sus redes sociales que su nieta viajaba en el vehículo y calificó el hecho como un intento de despojo: “Se trató de un intento de robo de la camioneta en la que viajaba mi nieta, que es propiedad de su madre, la presidenta del DIF estatal”, señaló. Por su parte, Eneyda Rocha agradeció la actuación de los policías estatales, quienes —dijo— protegieron a su hija a costa de sus propias vidas: “Estoy profundamente agradecida con los elementos de seguridad que defendieron a mi hija y que hoy se recuperan de las lesiones sufridas”.


Aunque la versión oficial apunta a un intento de robo, la magnitud del ataque genera suspicacias: no se trató de un simple amago, sino de una agresión con armas de fuego de alto impacto en una de las principales vialidades de Culiacán. El hecho, además, ocurre en una entidad donde la frontera entre delincuencia común y crimen organizado es difusa, y donde la violencia contra objetivos de alto perfil suele tener un trasfondo más complejo.


El ataque revive el debate sobre los protocolos de seguridad en torno a familiares de gobernadores y funcionarios estatales. A pesar de contar con custodia oficial, la camioneta fue interceptada sin que se lograra disuadir la agresión de inmediato. La vulnerabilidad quedó expuesta en un estado donde los cárteles mantienen fuerte presencia y donde emboscadas y ataques a convoyes de seguridad han ocurrido en el pasado reciente. Además, el episodio tiene una carga simbólica: atentar contra un vehículo que transportaba a un miembro directo de la familia del gobernador trasciende lo personal y envía un mensaje político de intimidación, independientemente de que la línea oficial insista en el móvil del robo.


La Fiscalía General de Justicia de Sinaloa abrió una carpeta de investigación y anunció que se trabaja en la identificación de los agresores. Organizaciones civiles y sectores de la oposición han demandado transparencia y celeridad en el proceso, para evitar que el caso quede en la opacidad como ha ocurrido con ataques previos en la entidad.


Sinaloa ha sido escenario de diversos hechos violentos contra figuras públicas y sus entornos. Desde el “Culiacanazo” de 2019, hasta emboscadas contra convoyes militares y enfrentamientos urbanos, la entidad refleja la capacidad de fuego y control territorial de los grupos criminales. Los ataques en vialidades concurridas, como el ocurrido este lunes, forman parte de un patrón que busca exhibir la debilidad de las autoridades para garantizar seguridad plena incluso en espacios urbanos.


El gobernador Rocha Moya enfrenta ahora una doble exigencia: garantizar la seguridad de su propia familia y, sobre todo, responder con medidas efectivas a la ciudadanía, que diariamente convive con la violencia. El caso visibiliza lo que miles de sinaloenses enfrentan en menor escala: la sensación de vulnerabilidad ante agresiones armadas en espacios públicos. Mientras la investigación avanza, la agresión contra la camioneta oficial en la que viajaba la nieta del gobernador se inscribe como un episodio que refleja la fragilidad de los mecanismos de seguridad en Sinaloa y que plantea una pregunta de fondo: si los familiares del propio mandatario estatal pueden ser atacados en pleno bulevar de Culiacán, ¿qué garantías tiene la ciudadanía común?

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