Julio sufre de depresión, se tomó un ansiolítico. Tenía dos días sin dormir y empezó a delirar, se le inflamó el cerebro y volvió para atrás. Cuando uno deja una adicción, haz de cuenta que volvió a consumir, pero sin consumir, simplemente tomó ansiolíticos y eso lo hizo detonar y empezó a psicotizar y a hablar puras pendejadas”, dijo el boxeador a David Faitelson.
“Yo entiendo a mi hijo Julio, pero lógicamente no estoy de acuerdo con él. Lo único que puedo decirle es que, mientras yo tenga vida, voy a ayudarlo, yo no voy a dejar que le pase algo, yo soy su padre y yo no voy a dejar que mi hijo se muera, que a mi hijo le pueda pasar algo, así me odien, yo le voy a salvar la vida”.
Yo tomé unas cosas y eran otras, de las cuales no diré ni qué ni cómo porque nunca las había probado. Ni cuando estuve mal me puse así, no recuerdo realmente lo que acababa de decir un día antes. Fue algo en lo que me equivoqué, pero mi mentalidad es la misma”, mencionó.
“Me gustaría estar bien para hacer un buen equipo, que nos podamos comunicar entre los dos. Lógicamente que él ande conmigo va a ser muy importante, sería muy bonito que tuviéramos que ver muchas cosas”.