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Fallo eléctrico masivo paraliza España, Portugal y parte de Francia: autoridades investigan posibles causas

El 28 de abril, un apagón eléctrico de dimensiones excepcionales afectó a España, Portugal y zonas de Francia, generando caos en ciudades donde se suspendieron semáforos, líneas de transporte público, ascensores e incluso operaciones quirúrgicas programadas. La falla, registrada a las 12:33 horas CET, aún es objeto de investigación por parte de las autoridades energéticas de los tres países, en colaboración con instancias de seguridad cibernética.

Según datos preliminares, el operador de red Red Eléctrica de España (REE) reportó una caída repentina en la frecuencia eléctrica del sistema, que pudo deberse a un desequilibrio en la transmisión internacional de energía. Algunas hipótesis apuntan a una sobrecarga en líneas de alta tensión que conectan a Francia con la Península Ibérica, mientras que otras no descartan la posibilidad de un ciberataque sofisticado, dada la simultaneidad y la extensión geográfica del fallo.

Aunque hasta el momento no hay evidencia concluyente de un ataque informático, fuentes de seguridad europeas señalan que las infraestructuras críticas como la red eléctrica han sido blancos recurrentes de campañas de sabotaje cibernético en los últimos años, particularmente en el contexto de tensiones geopolíticas. La Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA) mantiene activa una alerta preventiva.

Los sistemas afectados comenzaron a recuperarse gradualmente, priorizando hospitales, aeropuertos y sistemas de transporte, pero los expertos advierten que tomará tiempo restablecer la estabilidad completa de la red. La ministra para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, anunció la apertura de una investigación formal y la colaboración con las autoridades portuguesas y francesas para determinar el origen y posibles responsables del incidente.

El apagón, que coincidió con una ola de calor en Europa, ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de los sistemas eléctricos modernos ante factores tanto técnicos como de seguridad. Analistas señalan la necesidad de reforzar la resiliencia energética y actualizar protocolos de ciberseguridad frente a amenazas híbridas.