Marlene Cabello - 01 Oct 2025

Muere mexicano herido en ataque a oficina de ICE en Texas: un crimen que exhibe la vulnerabilidad migrante



El mexicano Miguel Ángel García Hernández, de 32 años, falleció tras ser desconectado del soporte vital luego de resultar gravemente herido en el ataque armado contra una oficina del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Dallas, Texas. El atentado, perpetrado por un francotirador el 24 de septiembre, ya había cobrado la vida de Norlan Guzmán Fuentes, un migrante nicaragüense.


La organización LULAC (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos) confirmó la muerte de García, originario de México y padre de cuatro hijos, cuya esposa está embarazada del quinto. En un comunicado, su viuda, Stephany Gauffeny, lo describió como “un hombre bueno y padre amoroso” que había trabajado incansablemente como pintor para lograr que su familia se mudara recientemente a su primera vivienda.


El atacante, identificado como Joshua Jahn, de 29 años, disparó desde una terraza cercana contra un vehículo de ICE y las instalaciones de la agencia antes de suicidarse. Según el FBI, actuó en solitario y utilizó un rifle adquirido legalmente.


Además de las dos víctimas mortales, resultó herido el venezolano Andrés Bordones Molina, repartidor de comida que llevaba un año en Estados Unidos. El caso ha generado indignación en la comunidad migrante y reavivado el debate sobre la seguridad de quienes se encuentran bajo custodia de ICE, así como la violencia armada en el país.


El crimen, que ocurre en un contexto de creciente tensión por las políticas migratorias, ha sido interpretado por activistas como un símbolo del desamparo que enfrentan los migrantes, atrapados entre la precariedad legal, la criminalización y la violencia estructural. La muerte de García Hernández se convierte así en un retrato doloroso de la vulnerabilidad de miles de familias que buscan un futuro en Estados Unidos.

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