“Walter, ya vi que estás trabajando para comprarte unos guantes. Échale muchas ganas. Siempre hay que tener una ilusión por algo y tú tienes la de ser boxeador, le dijo al pequeño que no pudo contener las lágrimas de la emoción.
“Aquí te voy a mandar unos guantes para que le eches ganas. Un abrazo, que Dios te bendiga", dijo el campeón.