REDACCIÓN - 04 Sep 2025

Sheinbaum recibe a Marco Rubio en medio de la ofensiva de EE.UU. contra el narco

En una reunión de alto nivel celebrada en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum recibió al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en un momento particularmente tenso en la relación bilateral: la intensificación de la ofensiva de Washington contra los cárteles de la droga y el tráfico de fentanilo hacia territorio norteamericano.


El encuentro se enmarca en una estrategia diplomática que Rubio ha desplegado en América Latina y que combina la presión política con la exigencia de resultados concretos en materia de seguridad. El secretario llegó a México tras avalar una operación militar en el Caribe contra una embarcación sospechosa de tráfico de drogas, acción que encendió alertas en la región por la posibilidad de que se multipliquen las intervenciones unilaterales de Estados Unidos bajo el argumento del combate al crimen organizado.


Durante la reunión, se acordó la creación de un grupo bilateral de alto nivel encargado de dar seguimiento a temas prioritarios de seguridad, particularmente el combate a los cárteles y la reducción del tráfico de fentanilo. Rubio insistió en que la Casa Blanca considera este asunto una amenaza directa a la salud pública estadounidense y reiteró que, de no haber avances tangibles, la administración Biden-Trump no descartará endurecer las medidas comerciales mediante aranceles o sanciones.


Sheinbaum, en contraste, defendió una postura de soberanía innegociable. La presidenta enfatizó que México está dispuesto a colaborar en el intercambio de información e inteligencia, así como a coordinar esfuerzos institucionales, pero descartó cualquier posibilidad de presencia militar extranjera en territorio nacional. “La cooperación es bienvenida, pero siempre bajo un marco de respeto mutuo”, afirmó la mandataria, dejando claro que su gobierno no cederá a presiones que comprometan la autonomía del país.


La visita de Rubio también incluyó un encuentro con el canciller Juan Ramón de la Fuente y una conferencia de prensa conjunta en la que ambos funcionarios subrayaron la importancia de mantener un canal de comunicación directo para atender los retos compartidos. Para Washington, el narcotráfico y la migración irregular son temas prioritarios en la agenda bilateral; para México, lo es asegurar que esas conversaciones no se traduzcan en imposiciones unilaterales que afecten su política interna.


El contexto no es menor. El Parque Nacional de Relaciones México-Estados Unidos atraviesa una etapa de redefinición: por un lado, la presión de Washington para endurecer la política antidrogas; por el otro, el interés del gobierno de Sheinbaum en preservar la cooperación económica en el marco del T-MEC y evitar que los diferendos en seguridad se conviertan en obstáculos comerciales. La presencia de Rubio en la capital mexicana fue leída por analistas como un gesto de respaldo a la nueva administración, pero también como una advertencia velada sobre las expectativas de la Casa Blanca.


En este sentido, la reunión de Palacio Nacional simboliza un delicado equilibrio: Estados Unidos busca que México asuma un rol más activo en el combate contra el narcotráfico, mientras que la presidenta Sheinbaum intenta trazar líneas claras que garanticen cooperación sin renunciar a la soberanía nacional. El desenlace de este nuevo capítulo dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para sostener un diálogo pragmático que atienda la urgencia del momento sin desbordar las tensiones históricas que han marcado la relación entre los dos países.

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