José Contreras - 26 Sep 2025

Kuri ratifica la cancelación del proyecto “El Batán” y anticipa su evaluación hasta el próximo sexenio

Origen y ambición del proyecto


“El Batán” fue impulsado como una solución estructural al problema de abastecimiento de agua en las zonas conurbadas e industriales de Querétaro. Según versiones oficiales y análisis del proyecto, su planteamiento contemplaba:

• Captación y reúso avanzado de aguas residuales, combinadas con la captación pluvial.

• Almacenamiento en cuerpos reguladores —como la presa El Batán, ubicada en Corregidora— para alimentar sistemas de potabilización mediante tecnologías multicapa (microfiltración, ósmosis inversa, etc.).

• Generar una oferta adicional de agua de hasta 1,800 litros por segundo, lo que representaría un aumento significativo en la disponibilidad del recurso para la zona metropolitana.

• A mediano plazo, reducir la presión sobre los acuíferos sobreexplotados y diversificar las fuentes de suministro de agua.

• Financiamiento mediante esquemas mixtos, incluyendo mecanismos de asociación público-privada, con el objetivo de evitar una carga directa al presupuesto estatal o endeudamiento.


El proyecto ganó atención mediática por su dimensión técnica, su viabilidad ambiental y su costo estimado: inicialmente se mencionaron cifras del orden de 1,500 millones de pesos, que posteriormente escalaron a cifras cercanas a 11,000 millones de pesos para contener fases futuras, con estimaciones a 30 años que ascendían hasta 41,000 millones de pesos.


Sin embargo, estas cifras crecientes, sumadas a resistencias políticas y cuestionamientos técnicos, colocaron al proyecto “El Batán” en el centro de múltiples debates públicos, legislativos y ambientales.



Lo que Kuri declaró: causas y carácter definitivo


Durante sus declaraciones oficiales, el gobernador Kuri sostuvo que:

1. “No hay condiciones” para aprobar el proyecto en la Legislatura local durante el tiempo que le resta al actual sexenio.

2. La iniciativa enfrentó obstáculos políticos notables, sobre todo rechazo anticipado de grupos legislativos que apuntaban a que no habría voluntad de votarla.

3. Le informó la suspensión a la presidenta Sheinbaum, quien en su conferencia mañanera comentó que el proyecto implicaba una planeación a largo plazo, consulta pública y que “no daría tiempo” para concretarse antes del fin del sexenio estatal.

4. Que será la próxima administración la encargada de evaluar el proyecto y decidir si reasume su construcción.

5. Que pese a su suspensión, el gobierno estatal explorará alternativas complementarias para atender el déficit hídrico, como el cierre de pozos para recarga, ajustes en la operación del Acueducto II y otras medidas emergentes.


Con estas posiciones, Kuri dio por concluido lo que él mismo y otros actores públicos denominaban un proyecto ambicioso, argumentando que no podía “dejar una obra a medias”.



Qué implican los trámites legislativos


Ante la confirmación del ejecutivo estatal, el Congreso del Estado de Querétaro prepara el proceso formal de cancelación del trámite legislativo de la iniciativa del Sistema Batán. El coordinador del PAN en la Legislatura local, Guillermo Vega Guerrero, adelantó que la comisión correspondiente dictaminará los efectos legales para cerrar el expediente, preservar la documentación y evitar que la propuesta quede “arrastrada” hacia el siguiente periodo legislativo.


En ese sentido, indicó que los proyectos que no se dictaminan en una legislatura se consideran inexistentes para la siguiente, lo que implica que la iniciativa Batán perderá vigor formal si no se reintroduce.


Vega Guerrero también rechazó que la cancelación sea considerada un fracaso político para su partido, y apuntó que la oposición —en particular Morena, que había criticado el proyecto— debe aportar propuestas alternativas concretas.



Retos técnicos y riesgos del abandono


La suspensión del proyecto “El Batán” no está exenta de implicaciones técnicas, sociales y de gobernanza:

• Déficit de agua proyectado: el crecimiento urbano, el aumento demográfico y la expansión industrial en Querétaro han presionado el sistema hídrico actual. Sin un proyecto estructural como Batán, el estado permanece vulnerable a déficit de suministro en temporadas secas o escenarios extremos.

• Dependencia de fuentes externas: Querétaro actualmente depende del Acueducto II, que capta agua de la presa Zimapán (Hidalgo), distante a más de 100 km, lo cual impone costos elevados y riesgos de falla por condiciones hidrológicas.

• Sobreexplotación de acuíferos: la extracción intensiva de agua subterránea ha llevado a sobreexplotación y disminución de niveles en mantos freáticos, afectando la sustentabilidad del recurso. El proyecto Batán habría operado como estrategia de alivio estructural a dichos problemas.

• Confianza pública y transparencia técnica: uno de los cuestionamientos recurrentes al proyecto fue el tratamiento del agua residual para consumo humano, la calidad del agua resultante y la vigilancia independiente del proceso. En el contexto mexicano, la normativa vigente (NOM-127-SSA1-2021) no contempla el reúso directo como apto para consumo, lo que generó incertidumbre técnica.

• Costos y viabilidad financiera: el aumento progresivo en las estimaciones del costo total del proyecto generó preocupación sobre sobrecostos, financiamiento sostenible y garantía de operación a largo plazo.



Perspectivas y escenarios hacia 2027


Con la cancelación formal de “El Batán” en esta administración, el futuro del sistema hídrico estatal queda sujeto a decisiones políticas y técnicas del próximo gobierno estatal. Los puntos críticos a observar incluyen:

• ¿Reintroducirán el proyecto como está o con ajustes sustanciales en su diseño, dimensión o esquema financiero?

• Qué mecanismos de gobernanza ciudadana y supervisión técnica se establecerán para dar transparencia al proceso.

• Cuáles serán las medidas emergentes que deberán aplicarse desde ahora para evitar crisis de abasto, como el cierre o regulación de pozos, optimización del sistema de conducción y promoción de ahorro domiciliario de agua.

• La negociación y coordinación con el gobierno federal, especialmente en financiamiento, concesiones técnicas y normativas ambientales.


En definitiva, la cancelación de “El Batán” marca un punto de inflexión en la política hídrica de Querétaro. De cómo el próximo gobierno asuma el reto dependerá la capacidad del estado para garantizar un acceso sustentable al agua en una nueva fase de crecimiento urbano e industrial.


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