A pesar del actual entorno geopolítico tenso derivado de las fricciones comerciales con Estados Unidos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha alcanzado un pico histórico de aprobación ciudadana del 82%, de acuerdo con los resultados de la más reciente encuesta de Enkoll, publicada por El País y W Radio. Este nivel de respaldo la posiciona como una de las figuras con mayor aceptación en América Latina, y supera incluso los picos más altos obtenidos por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, durante su administración.
Desde que asumió el cargo en octubre de 2024, Sheinbaum ha mantenido una tendencia ascendente en términos de aprobación ciudadana:
Octubre 2024: 76%
Enero 2025: 80%
Marzo 2025: 82%
Este crecimiento sostenido se da en un contexto particularmente adverso: la imposición de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump a vehículos no manufacturados en EE. UU. (con exenciones temporales para México), un hecho que ha generado incertidumbre en el sector automotriz y en los mercados financieros nacionales.
El informe de Enkoll sugiere que el alza en la aprobación está relacionada con tres factores principales:
Pese a los altos niveles de aceptación, el estudio también revela desafíos importantes. Un 24% de los encuestados considera que el gobierno federal ha sido insuficiente en su respuesta a la inseguridad y la violencia, especialmente a la luz de casos como el hallazgo del centro de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, y la creciente influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
También persisten críticas sobre los servicios de salud pública, con percepciones de desabasto y falta de infraestructura en algunos estados, a pesar de los esfuerzos por consolidar IMSS-Bienestar como el sistema universal de salud.
En el comparativo regional, Sheinbaum se coloca por encima de otros mandatarios latinoamericanos en aprobación. Según el último informe de Consulta Mitofsky, el promedio de aprobación presidencial en la región ronda el 48%. Su posición también contrasta con líderes europeos, donde las tensiones sociales y la inflación han deteriorado la confianza ciudadana.